El Levante UD necesitó el marco de la Copa del Rey para recuperar el éxtasis de la victoria. Hasta en dos ocasiones, con goles de Boateng y Doukouré, anotaron los azulgranas para recuperar esa confianza y fortaleza mental que parecían olvidadas y para encarrilar ante el Girona su pase a octavos en el torneo del KO.
El Levante se medía ante un rival de igual entidad. Aunque a los catalanes les está costando más adaptarse a la Primera División y los de Orriols empezaron lanzados en su regreso a la máxima categoría; la realidad es que hoy por hoy sus caminos están siendo paralelamente discretos en Liga. Muñiz exigió a su vestuario que ante el Girona hicieran gala de valor y fortaleza, para reivindicarse en el contexto de esta histórica competición. Y los futbolistas siguieron a pies juntillas su premisa, desde los jugadores de ataque, que se reencontraron con el gol, hasta la portería, con un Oier Olazábal que debutó en la temporada con tres manos providenciales que salvaron al Levante del desastre. El Girona, con el mismo objetivo en su mirilla, saltó al césped con atrevimiento y desplegando un fútbol valiente con la presión alta y dominando en la posesión. Sin embargo, su descaro le condenó. El Levante, pese a no tener el balón, controló el ritmo del juego y aprovechó los espacios generados para colarse hasta el área pequeña. Un contragolpe iniciado y conducido por Morales y servido en bandeja a Boateng, terminó en el primer gol. El ganés se quitó el peso de no haberse estrenado como goleador con un disparo acertado que subió al marcador. A punto estuvo de repetir en la jugada siguiente, pero Bono atajó el lanzamiento picado.
En la segunda mitad, con un guión muy similar, Olazábal se convirtió en el máximo protagonista del Levante, atajando las intentonas del Girona. Pero cuando más amenazante se encontraba la escuadra catalana, llegó el segundo y definitivo gol azulgrana. A balón parado. Bardhi pateó un saque de esquina que Doukuré remató de cabeza. El Levante encarrilaba la eliminatoria y recuperaba así ese carácter competitivo e incómodo para el rival que había perdido en Liga. Con un Girona bajo de ánimos al ver cómo su camino en Copa se acortaba, los de Orriols estuvieron cerca de marcar el tercero, pero el marcador ya no se movería hasta el pitido final.
Autor: Prensa FFCV