Decálogo para que los padres enseñen valores a sus hijos
Fomentar la colaboración de los padres para enseñar a sus hijos los valores de disciplina, respeto y compañerismo en la competición deportiva es el objetivo del decálogo elaborado por la Fundación Deportiva Municipal de Valencia.
Esta serie de recomendaciones cobran mayor relevancia estos días después de la indignación general que ha causado la pelea que protagonizaron el pasado domingo varios padres en el encuentro que disputaban el Alaró y Collerense en Mallorca y que tuvo que ser suspendido. Algunos de los padres sufrieron heridas leves y tuvieron que ser atendidos en centros sanitarios.
“Con respeto ganamos todos”
La campaña “Con respeto ganamos todos” de la Fundación Deportiva Municipal de Valencia incluye este decálogo.
1.- Acompaña a tus hijos a partidos y entrenamientos siempre que puedas.
2.- Tu presencia, un aplauso o una mirada cómplice pueden ser mejor que estar gritando todo el tiempo.
3.- Colabora con tu club para que sea un referente en juego limpio.
4.- Los árbitros son personas que aciertan y se equivocan. ¡Respétalos!
5.- Evitar conflictos con otros padres ayuda a generar un clima positivo fomentando una buena relación, también con árbitros y entrenadores.
6.- Recuerda a tu hijo que el resultado no es lo más importante. Pregúntale si ha hecho amigos y si se lo ha pasado bien.
7.- ¡No le presiones! Lo importante es la diversión, el trabajo en equipo, la superación y la adquisición de hábitos saludables. Si tiene cualidades llegará lejos.
8.- No es bueno castigarlo/a sin hacer deporte. Busca otra manera de que cumplan con sus obligaciones.
9.- Evita conductas inapropiadas en espectáculos deportivos y contribuye a la correcta utilización de las instalaciones deportivas.
10.- Confía en los entrenadores, profesores y monitores. Está claro que una actividad física conlleva algunos pequeños riesgos, pero ellos son profesionales y están capacitados para minimizarlos.
Autor: Practicodeporte.com
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El descanso, una oportunidad
Este es el momento de aportar a los jugadores una visión externa del transcurso de la primera parte para que tengan la oportunidad en la segunda de mejorar, cambiar o incluso de seguir como lo estaban haciendo.
¿QUÉ DIGO?
Siempre se busca acertar con el mensaje y a veces no resulta tan sencillo. Hablamos de un espacio de tiempo que viene acompañado de una alta activación, por mantener lo trabajado hasta entonces o incluso por conseguir lo deseado. Muchos entrenadores se dejan llevar por el estallido emocional del momento pero lo ideal sería actuar con serenidad, aprovechando la posibilidad de hablar con su equipo para reforzarlo y reconducirlo hacia el objetivo. Hay que transmitir la información que se considere oportuna siempre en beneficio del equipo, además de tranquilizar y dar confianza a sus jugadores para que crean en sus posibilidades.
Es importante tener en cuenta que según la edad de nuestros deportistas se debe de adaptar el mensaje a sus características (cuidar la expresión, el vocabulario, el tono …). Muchas veces por desahogo personal nos apetecen decir cosas que no ayudan, por eso es importante pensar primero en lo que quiero conseguir y después identificar qué mensaje será el más adecuado para ello.
EL TIEMPO
Contamos con muy poco tiempo por lo que debemos pensar muy bien lo que vamos a transmitir y cómo lo vamos a estructura para poder ir directamente a lo que nos interesa resaltar. Importante dar 2-3 minutos de silencio antes de empezar para que puedan descansar y tengan tiempo de recuperarse antes de prestar atención al entrenador.
PAUTAS QUE PUEDEN AYUDAR
• Adelantarnos al descanso organizando la información que se quiere dar nos permitirá ahorrar tiempo.
• Utilizar mensajes sencillos, cortos, claros y sin demasiada información.
• Dar indicaciones de manera general y centrarse personalmente en aquellos jugadores que necesiten más atención.
• Utilizar el refuerzo positivo en el descanso es fundamental, destacar lo que se ha conseguido en la primera parte y lo que se está haciendo bien.
• Marcar pequeños cambios sin plantearlos como errores o críticas. ¿En qué podemos mejorar?
• Recordar que el cuerpo también habla, mantener una coherencia entre la comunicación verbal y no verbal.
• Transmitir confianza hacia el grupo y sus posibilidades, las dudas provocan inseguridades.
• Realizar las correcciones de manera positiva ayudara a que sean mejor recibidas y mucho más efectivas.
¿QUÉ DEBEMOS DE EVITAR?
– Centrarse en remarcar los errores que se cometieron, así conseguiremos que salgan pensando en el error y no en la oportunidad.
– Explicar conceptos nuevos ya que en el descanso no hay tiempo para adquirirlos y procesarlos.
– Sorpresas inesperadas que puedan descolocar al vestuario.
– Desbordar las pizarras y bloquear las cabezas de los jugadores con excesiva información.
– Estallidos de emociones extremas que puedan desestabilizar al grupo.
– Las broncas y los reproches. Esto nos puede llevar a perder a varios jugadores para todo el partido.
¿QUÉ QUEREMOS CONSEGUIR?
Llevar a nuestros jugadores hasta el estado de ánimo apropiado junto a las directrices necesarias para afrontar la segunda parte de manera óptima. En función de las edades habrá que reorganizar la información y la manera de transmitirla pero sin olvidarnos de que la clave está en resaltar el trabajo bien hecho y dar pautas que ayuden a reconducir al equipo hacia el objetivo. Recordar que utilizar el descanso para reprochar lo que no se hace o lo que se hace mal no os ayudará a conseguir lo que buscáis, para eso ya tendréis tiempo al día siguiente. Aprovechad la oportunidad y comunicad de manera óptima.
Autor: Lorena Cos (Psicóloga deportiva)
Publicado en MundoFútbolBase
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CD Malilla, contra la violencia
El CD Malilla, club humilde de la ciudad de Valencia fundado en 1969 y dirigido por un grupo de personas con el afán de desterrar de una vez por todas, la falta de respeto, la violencia en los terrenos de juego, e integrar el Fair Play en el Deporte Rey, se ha marcado una meta que con experiencias nacidas desde el interior de lo más profundo de sus sentimientos y respeto por la labor arbitral; ha querido comenzar una campaña de desagravio en favor de este colectivo a veces incomprendido y a veces maltratado sin razón.
Este club, dirigido por Juan Miguel Cerdán Hernández como Presidente y Javier Sáez Carrillo como Director Deportivo y de Escuela, haciéndose eco de las noticias a nivel nacional de que en un mes había habido unas 24 agresiones, verbales o físicas contra árbitros del Fútbol Base, proyectan conjuntamente con el grupo de Coordinadores y Entrenadores, el llevar a efecto el que todos nuestros equipos (24 en total) en dos semanas hagan en nuestro campo, un pasillo al salir los jugadores junto a los equipos adversarios y aplaudiendo al colegiado hasta el centro del campo donde todos se darán la mano.
Este gesto ha sido, y tenemos que agradecer a todos los equipos visitantes, muy bien acogido por todos y elogiado en Twitter hasta por el Ministro del Interior.
Igualmente y un equipo semanalmente junto al Árbitro, Entrenadores y el equipo adversario, una vez terminado el partido, pasen a celebrar el conocido Tercer Tiempo, donde todos sin exclusión ninguna reciben un pequeño ágape mientras que mezclados, departen opiniones del partido y en general sobre esta idea.
Autor: CD Malilla
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El fútbol como medio para transformar el mundo
Desde hace mucho tiempo defiendo que el fútbol (por su gran repercusión social) puede ser un eficiente colaborador para nuestro crecimiento individual y colectivo, y, por tanto, para mejorar nuestras vidas y el mundo. Así, durante siete años (2006-2013), en los partidos de base que arbitré, no permití insultos por parte de los espectadores y ofrecí charlas a los entrenadores, delegados y jugadores antes de cada encuentro para recordarles la necesidad de que nuestro comportamiento fuese respetuoso, como debía ser el del público.
Igual que no podemos enamorarnos de quien no conocemos, conviene que los jóvenes tomen contacto y se enamoren de los valores que dan sentido a la vida. Y yo creo que a través del fútbol (y por otras muchas vías, qué duda cabe) los jóvenes pueden conocer valores extraordinarios. Por ejemplo, si un chaval reconoce ante el árbitro que el penalti que le han pitado a favor en realidad no era tal, se produce una vivencia maravillosa: ese jugador favorece el encuentro sincero de todo su equipo con el rival y con el árbitro, e invita a estos y al resto de personas presentes en el estadio a experimentar la grandeza de la justicia y la honradez; declara que importa mucho más el respeto a los semejantes que el egoísmo, la honestidad que el interés individual; expresa que el fin no justifica los medios, que no se debe ganar de cualquier manera.
Esos valores de encuentro con el otro, de empatía, de respeto a lo profundo, a lo verdadero, son los que, en mi humilde opinión, necesitamos los humanos para ser felices y para hacer que el mundo mejore. Es la mejor enseñanza que podemos dar a los jóvenes y la conducta que nos va a hacer sentir mejor.
Por todo lo dicho decidí hace un año escribir a miles de clubes de fútbol de toda España (la mayoría, modestos) para hacerles llegar propuestas (puede leerse íntegramente el documento aquí) que consideraba interesantes para ser vividas en plenitud con sus jugadores, entrenadores, aficionados y demás personal vinculado a cada entidad. Creía y sigo creyendo que con que algunos clubes se lancen a ello podría iniciarse un movimiento extraordinario que haría del fútbol un bello referente moral y que nos haría disfrutar de las cosas grandes de verdad, de esos valores a los que hacía referencia anteriormente, esos que dan sentido a la vida humana.
Son los valores que hacen falta en política para no meter la mano en la caja y para tener la valentía de legislar en pos del bien común, sin venderse a los poderosos (a los bancos, a las compañías eléctricas, a los empresarios multimillonarios, etc.); son los que hacen falta en las empresas (sobre todo en las grandes) para que los dueños no sean cada vez más ricos a costa de que los trabajadores ganen lo mínimo posible; son los que hacen falta en los medios de comunicación para condenar lo condenable, venga de quien venga, e informar con rigor y objetividad, sin estar al servicio de las élites económicas; son los que hacen falta en las relaciones internacionales para que los países ricos no hundan a los pobres, sino que los ayuden por puro valor de la dignidad humana; son los que hacen falta en cualquier ámbito de la vida.
Obviamente, hay infinitos caminos para experimentar y expresar el auténtico encuentro entre humanos, la vivencia de lo que de verdad necesitamos. En mi caso, no sé muy bien por qué, la voz interior me dice que proclame que el fútbol puede ser (y lo es) uno de esos caminos.
Puede que sea un pesado (lo admito) y que haya gente que esté harta de leer mis correos (por favor, si es así, díganmelo), pero, insisto, estoy convencido de que necesitamos ir a lo profundo. Estoy convencido de que una vida de enfrentamiento, de pisarnos unos a otros, no merece la pena, sino que hemos de disfrutar del encuentro entre nosotros, y ello se basa en el respeto a la dignidad de cada uno a partir de los grandes valores de la vida. Y estoy convencido de que el fútbol puede ser un gran medio para que nos enamoremos de esos valores, nos transformemos y, con ello, transformemos el mundo, lo cual, sin duda, es tremendamente necesario, además del camino más recto hacia la felicidad.
Parece difícil, pero es perfectamente posible y muy conveniente. Si tú también lo piensas, compártelo. Hagámoslo realidad.
Autor: Angel Andrés Jiménez Bonillo
Publicado en ‘El Seis Doble‘
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El ‘Fair Play’ (Juego Limpio) en el Fútbol Base
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