¿Quién se encarga de que niños, niñas y jóvenes de todas las edades puedan asistir a los entrenamientos, competiciones… deportivas? ¿Quién escoge y comparte la actividad deportiva de niñas, niños y jóvenes deportistas? ¿Quién transporta a niños, niñas y jóvenes hacia el lugar donde van a hacer deporte?
Las madres y los padres (y demás familiares implicados) tienen un papel fundamental en el deporte de sus hijos e hijas. Sin ellos, sus hijos/as no pueden hacer deporte. Y no sólo eso: el sentirse acompañados por sus progenitores resulta muy satisfactorio para esos jóvenes que hacen deporte con toda la ilusión del mundo (o debería ser así).
Los padres y las madres generan unas condiciones idóneas para que sus hijos/as hagan deporte cuando se encargan de que lleguen puntuales y a tiempo a entrenamientos y competiciones; cuando les ayudan a sus hijos/as a que elijan la actividad deportiva que les gusta, asumiendo lo que eso significa; cuando favorecen que compaginen adecuadamente los estudios y el deporte; cuando tienen una relación cordial con los y las entrenadores/as, comunicándose con ellos/as por las vías y momentos adecuados; cuando se preocupan porque las personas que están alrededor de sus hijos/as estén debidamente preparadas para realizar su cometido; cuando respetan a árbitros, dirigentes y contrarios; cuando son un verdadero ejemplo de comportamiento para sus hijos/as transmitiéndole valores como el respeto, la competitividad (sana), deportividad, el esfuerzo, el trabajo en equipo….; y sobre todo cuando comparten de manera adecuada (y en familia) los fantásticos momentos que genera el deporte. Por éstas y otras cosas similares las madres y los padres son importantes para sus hijos/as.
De esta forma, en lugar de insultar a los árbitros cuando se supone que perjudican a “su” equipo, animarán a sus hijos/as transmitiendo la idea de superación ante la adversidad y el esfuerzo haciendo todo lo posible en cada momento; en lugar de criticar abiertamente a entrenadores/as, respetar su trabajo y, en todo caso consultarles cualquier cuestión siempre por los cauces adecuados; en lugar de, durante el trayecto que va desde el final de un partido hasta llegar a casa, estar criticando a técnicos, contrarios u otros compañeros del equipo, valorar el esfuerzo, el trabajo realizado y la experiencia vivida de sus hijos/as; en lugar de “pegarles la matraca” diciendo lo que tienen que hacer sí o sí (sin importar el criterio de técnicos ni tampoco el de los niños, niñas y/o jóvenes deportistas), permitir que predomine el juicio de los/as entrenadores/as dejando además que los jóvenes deportistas sean dueños de su propio aprendizaje; es decir, en lugar de actuar como papá o mamá-entrenador/a, o ‘hooligan’, hacerlo como buen padre o madre de deportista.
Cada agente implicado en el deporte de base, bien sea entrenador/a, coordinador/a, dirigente, árbitro, espectador/a, familiar… tiene un papel fundamental para generar esas condiciones idóneas para que los más jóvenes sean cada vez mejores deportistas y, sobre todo personas más fuertes mentalmente, desarrollando así valores positivos. Los padres y las madres tienen un papel fundamental. Y pueden hacerlo bien para darles lo mejor a sus hijos/as deportistas.
Autor: David Peris Delcampo
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte
Presidente Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA)
Vicepresidente Federación Española de Psicología del Deporte
Publicado en Esportbase