“No sé si acabaremos bajo un mismo club o como otro equipo de menor categoría… O mejor, como una escuela de cuadros para el Atlético Saguntino”, reza Tomás. Aunque no forma parte de la directiva del grupo, como él dice, es uno de esos padres “que está todo el día a pie de campo” y ayuda en todo lo posible.
El Huracán es de creación reciente, de 2011, pero de actividad frenética. Hace poco se instaló, gracias “a Pablo Giménez, director de la escuela y a la buena gente” del club, en las instalaciones del Atlético Saguntino como filial. El club nació en junio de 2011, gracias a la inversión y sustento económico de un grupo de empresarios valencianos. Hasta 2015, el club goza de buena salud y, con Manises como base, el equipo permanece en Segunda B, con varias oportunidades fallidas de ascender a Segunda División. Antes de empezar la temporada de 2015-2016, empiezan los problemas para el club: “se sucedían los que decían que venían a ayudar, los que se iban, los que no llegaban… Al final los que ponemos somos los que estamos aquí y, si tenemos que poner los escudos a las camisetas, los ponemos”, relata Tomás.
Entonces el club afronta problemas económicos tras la retirada de los principales inversores y un frente judicial por acusaciones de impagos. Entra en concurso de acreedores. “Desde que llegamos, hemos sufragado todo lo que hemos podido… Nosotros mismos satisfacimos al entrenador que había en su momento, y poco después vimos como descendíamos”, recuerda Tomás. El primer equipo, de hecho, queda expulsado de las competiciones en diciembre de 2016. “Nosotros, aunque no somos gente de fútbol, nos quedamos para salvarlo”.
El club apostó entonces por Montcada y aprovechar los buenos resultados de sus primeros años para afianzar una escuela. “Queríamos quedarnos en Moncada; las instalaciones son espectaculares y teníamos todo gestionado, hasta el sistema de bonos… Pero no hubo voluntad política”, recuerda Tomás. Pese a que se llegaron hacer amistosos y mucha gente acudió a las jornadas de captación del recién instalado club, tuvieron que moverse. Tras un breve paso por Albuixerc, se instalaron en Loriguilla. “Allí nos acogieron muy bien, teníamos muy buena relación… Pero no es un lugar conocido a nivel de fútbol. Además mucha gente que hizo las pruebas en Moncada no vino. Lo entiendo. Como padre busco estabilidad”, relata Tomás. Tras un año en Loriguilla y descender el amateur a División de Honor, algunos padres se plantearon dejar la supervivencia del club a suerte, pues “año tras año” todos dejaban ahí parte de sus ingresos. Fue entonces cuando llegó la última etapa del Huracán. “Oficialmente aún constamos como Huracán Moncada, porque queríamos estar allí e hicimos el papeleo. Ahora, sin embargo, ya hemos pedido y queremos pasar a Huracán Saguntino”, asegura Tomás. Con la ayuda de Pablo Giménez, director de la escuela del Atlético Saguntino, se iniciaron unas conversaciones que acabaron con el Huracán C.F. como filial de este club. “Nos recibieron con los brazos abiertos. Aquí tenemos unas buenas instalaciones, hay ambiente de estadio”, asegura Tomás. Pese a todo, Huracán es un club que tiene equipos en altas categorías, por lo que creen que será un buen atractivo para Sagunto.
“Al final somos padres y amigos los que intentamos salvar el club. Y nos llevamos ver como los chavales, recién salidos del horno, juegan contra los equipos cabeceras de las localidades. Aunque este año nos será complicado ascender, espero que sí lo haga el Saguntino, que también nos ayudará a darnos a conocer. Podemos ser su escuela”, sentencia Tomás.
Autor: Carles Desfilis para FFCV