Decía Chomsky que “el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. El otro concepto es el adoctrinamiento”.
Al día de hoy, todavía hay entrenadores formadores de Fútbol Sala base que viven el aprendizaje como los episodios de una serie de televisión (aprovecho para comentar gratuitamente que, a veces, el mundo de las escuelas deportivas me recuerda un poco a Juego de Tronos). Es decir, entienden el aprendizaje como un continuo en el que cada capítulo supone un paso más hacia la consecución de un conocimiento sólido y permanente.
Pero, en realidad, el aprendizaje no es ni sólido ni permanente. El aprendizaje es fluido, plural, contingente e híbrido.
- Fluido porque es cambiante.
- Plural porque no hay una única forma de hacer ni de saber.
- Contingente por que puede suceder o no suceder, no es algo que puede adquirirse de forma permanente.
- Híbrido porque puede adquirirse en lugares y de formas diversas.
Esta manera de entender el aprendizaje requiere de una escuela deportiva de Fútbol Sala distinta. La escuela “ideal” del siglo XXI debe ser emprendedora, innovadora y ética para poder formar jugadores autónomos, creativos y con espíritu crítico.
Desde mi atalaya personal, aprender es relacionar algo que sabemos con algo que no sabemos, por tanto, para enseñar debemos saber lo que el joven jugador conoce. Sin olvidarnos que la tarea del entrenador formador no es transferir conocimientos sino desarrollar los talentos del joven jugador. Y por mucho talento que tenga un niño, sólo después del entrenamiento podrá ser jugador de fútbol sala.
En la escuela deportiva “ideal” del siglo XXI, los jugadores y jugadoras aprenden, disfrutan, participan, se exigen… ¡viven! Es una escuela que permite saber quiénes son y ayudarles a saber quiénes quieren llegar a ser. Para ello uno de los objetivos mas importantes del entrenamiento es dotar todo tipo de destrezas, habilidades, pero también… conocimientos, sin perder de vista que la escuela deportiva ya no es el único lugar donde los niños y niñas pueden acceder al conocimiento y lógica del juego.
La formación y aprendizaje en las escuelas deportivas de fútbol sala base debería considerarse un viaje de descubrimiento. Debería estimular las llamas de la imaginación y encender el fuego de la curiosidad.
Animar a todos aquellos entrenadores de fútbol sala base que preparáis vuestros entrenamientos con multiples y variadas tareas, algo imprescindible, por favor no olvidéis que la expresión que mas debéis usar en dichos entrenamientos es: ¡JUEGUEN! ¡JUEGUEN! ¡JUEGUEN!
Antes de acabar… os habréis fijado que desde el título del post he entrecomillado la palabra “ideal”. Lo “ideal” siempre es una abstracción, un modelo, que sólo tiene sentido cuando se adapta a las necesidades de los centros deportivos y a su contexto. Por tanto, no hay recetas infalibles y siempre tenéis que evaluar qué es aquello que os funciona, más allá de las modas.
Autor: Jesús Candelas, Entrenador profesional de fútbol sala.