Orgullo. Esa es la palabra que más han repetido en las últimas 48 horas Ramón Calvo, presidente del CF Torre Levante Orriols, y Adrián Márquez, su homólogo del Ontinyent CF. Los dos equipos se enfrentarán en una final a doble partido -los próximos días 4 y 18 de octubre- para disputarse no solo el título de campeón autonómico de la Copa RFEF, sino un pase a las fases nacionales que les impulsará a un nuevo ámbito deportivo.
El Torre Levante es el primer equipo que repite final autonómica de la Copa RFEF en dos temporadas consecutivas. Un hecho que, como el propio Calvo explica, supone la «consolidación deportiva» del proyecto del club valenciano. Un proyecto que se fija como meta «potenciar la cantera» y es por eso que el presidente de la entidad de Orriols se muestra tan orgulloso por la clasificación obtenida: «Hemos pasado a la final jugando con un equipo joven y muchos juveniles. Conseguimos vencer a un rival de superior categoría como era el Paiporta, precisamente sin perder nuestra identidad y con nuestros jugadores más jóvenes», explica Calvo, que añade: «Eso supone una gran alegría porque han demostrado que son válidos para conseguir grandes metas».
Por su parte, a Márquez le enorgullece la superioridad con la que el Ontinyent logró clasificarse para la final autonómica: «Hemos demostrado que veníamos de una categoría superior, fuimos mejores que el rival en todo momento y jugamos como un bloque muy sólido sobre el campo». Sin embargo, reconoce que cuando se inscribieron al torneo su objetivo no era llegar a la final, sino coger ritmo de competición: «Muchos jugadores llegaron a última hora y por eso nuestro entrenador pidió jugar la Copa RFEF para que los nuevos fichajes sumaran minutos y se adaptaran al juego del equipo». A pesar de la alegría inevitable por lograr un objetivo no perseguido, Márquez también se muestra «preocupado» por el coste de dos lesiones importantes que se cobró el equipo.
La repercusión mediática que confiere disputar una final autonómica de esta identidad y pasar a rondas nacionales es, para ambos presidentes, el elemento más goloso de la clasificación. «Esta final supone una importante repercusión que nos da apoyo tanto en el fútbol valenciano como en el nacional, abriéndonos a una nueva galería competitiva», explica Calvo, presidente del Torre Levante. Márquez, el máximo responsable del Ontinyent, aunque comparte la misma línea de opinión, es consciente de la dificultad que entraña: «La visibilidad mediática de las fases nacionales es elevada, pero la realidad es que es un torneo muy difícil y con muchas rondas, será complicado compaginarlo con el grupo III de Segunda B, que es el ‘grupo de la muerte’ en nuestra liga». Con la hazaña del Atlético Saguntino la pasada temporada en el punto de mira, Torre Levante y Ontinyent comparecerán a la final a doble partido de octubre. Un billete a las fases nacionales está en juego.
Autor: Prensa FFCV