El deporte, por definición, es competición en sentido estricto. Ésta comienza contra uno mismo pues hemos de ponernos a prueba a nosotros mismos y superar nuestros límites con esfuerzo, perseverancia y trabajo duro.

El Fútbol Base debe servir para enseñar a controlar las emociones, a gestionar los impulsos. Cuando se hace creer al niño que es un «crack», que es el mejor y que llegará a lo más alto y que todo lo demás no importa, entonces estamos haciendo un flaco favor al muchacho, y estamos creando un ser fustrado que jamás asumirá sus propias responsabilidades y que siempre culpará a los demás de sus fracasos.

¿Es eso lo que pretendemos?
Autor: Francisco Javier Gil Martínez, Secretario General del Elda Industrial CF