Ni 180 minutos de eliminatoria, ni 30 de prórroga fueron suficientes para que el Valencia certificara su ansiado pase a las semifinales de la Copa del Rey. Tuvo que ser mediante la épica de una tanda de penaltis en la que Jaume Doménech se alzó como salvador con una prodigiosa actuación bajo palos. Las imprecisiones y la incapacidad para mantener la posesión del balón durante el tiempo reglamentario del partido abonaron a los de Marcelino a la prórroga y, aunque en ese tiempo añadido los blanquinegros reaccionaron y escenificaron su mejor versión, solo los penaltis despejaron el camino hacia semifinales.
La eliminatoria fue un calvario para los valencianistas. El nerviosismo y la presión ahogaron al Valencia durante los 90 minutos de juego reglamentario. Mientras el Alavés dictaba el ritmo del partido, los de Marcelino fueron incapaces de armar una sola acción de peligro, noqueados y denostados sobre el césped, especialmente tras la lesión de Paulista en el ecuador de la primera parte. Y tan solo la entrada de Rodrigo y Santi Mina –los dos hombres por cuyas botas ya pasó la victoria en el partido de ida- reactivaron al equipo. Rondaba para entonces ya el minuto 70 en el marcador y finalmente el Valencia despertó. Pero un nuevo golpe esperaba a los blanquinegros: el ex valencianista Munir anotó el primero para el Alavés y dejaba virtualmente eliminado al Valencia.
Pero con la línea de ataque valencianista reactivada tras los cambios, entre Zaza y Mina se inventaron una contra que terminó en gol y que devolvía el control de la eliminatoria a los de Mestalla. Una alegría que, sin embargo, no duraría mucho entre la afición valencianista, ya que un mal despeje en el área fue transformado en gol para el Alavés por Sobrino y terminó condenando al equipo. La eliminatoria estaba empatada en ese momento con un 3-3 en el cómputo total que obligaba a la prórroga. El Valencia se hizo fuerte en esa nueva oportunidad que concedían los 30 minutos de añadido: revertió la dinámica de juego y, por fin, se sintió superior sobre el verde, aunque esa superioridad no fue suficiente para sentenciar la eliminatoria. Fue el turno entonces para los temidos penaltis -con dos porteros formados en Paterna en cada una de las porterías- y para la épica de Jaume. El guardameta de Almenara contagió su habitual seguridad a sus compañeros y dio esperanza con dos paradas –a Pedraza y a Hernán Pérez- que le convirtieron en el héroe de la noche y terminaron siendo esenciales para el definitivo pase del Valencia a semifinales de Copa del Rey.
El próximo viernes 26 de enero, a las 13:00 horas en la Ciudad del Fútbol, se celebrará el sorteo de nuevos emparejamientos y los de Marcelino conocerán a su rival para la penúltima fase del torneo del KO. Apenas restan 180 minutos para que se cumpla el sueño valencianista.
Autor: Prensa FFCV